SOY VIGILADOR (O VIGILADORA)

SOY VIGILADOR (o VIGILADORA)

Entonces, ¿quién soy?

Para la Ley: El que cuida tus bienes y tu información.

Para la realidad: Ese que en distintos colores pasa tus mañanas y tus tardes en las infinitas garitas de la ciudad, o en el inhóspito suelo petrolero de la patria. Me verás en los supermercados de tus compras diarias y en las fiestas más multitudinarias; en los shoppings de tus merecidos gustos, o en las clínicas y hospitales de tus horas de angustia y llanto. Estaré en los festejos y las hazañas de tu equipo favorito, o en la emergencia de una tarde cualquiera, cuando la necesidad, que no tiene horario, se presente con su peor rostro.

Soy casi parte del paisaje. Confundido entre otras funciones, a mí me preguntarás por una calle, un nombre o un domicilio. Seré el primero en recibir tus quejas ante la caída del sistema informático de algún banco, o en la recepción de algún edificio me preguntarás si alguien vino por vos.

En tardes de otras rutinas, me dejarás tu nombre para ingresar a un museo, una biblioteca y a todos los eventos posibles. Y entre toneladas de mercancías y basura, o basura-mercancia, estaré para cumplir con el control de millonarios desesperados por el centavo que puedan dejar de ganar; y en los countrys de todas las miserias y todas las sospechas, yo sabré quién es cada cual.

Pretendido como Custodio, llegaré a esos rincones de tu nación que no habrás visitado ni en sueños, cuando el sueño final te llame por última vez. Y en los andenes de tus partidas y tus regresos, querré con el alma que te vaya bien...
Soy, también, hij@, y padre, y madre, y abuel@. En mis muchas insoportables horas (navidad, año nuevo y feriados, inclusive), me salva la memoria de esa gente ladina y orgullosa que es mi familia...mi casa.
Y tengo para ellos mis mejores anhelos, mis pocos proyectos, todos mis sacrificios.
Quiero a mi patria como vos. A mi patria americana, grande, india y europea. Porque yo tengo compañeros y amigos de todos los acentos, de todas las razas, de todas las españas. Y hasta tengo un Dios que es mío, y tal vez tuyo también… no lo sé. Sólo sé que a Él le ruego cada día poder decir, como comienzo y fin: SIN NOVEDADES.

Como ves, soy vigilador, soy trabajador, soy humano. Hijo de la precarización laboral y de todas las traiciones sindicales. Soy, a veces, eufemismo de esclavo; de servidor barato y sustituible. ¡PERO SOY IMPRESCINDIBLE!

Nada hay en este país ni en la América toda que funcione sin mí!!!

No existe nada que se pueda organizar que no tenga que contar conmigo!!!

SOY EL ÚNICO QUE NO PUEDE FALTAR. Soy el que siempre debe estar.

Por eso, cuando me veas luchar; cuando fastidie al reclamar, cuando te molestes por tener que cambiar tu rutina un día, recuerda todo lo que soy y, por si acaso, si aún así no pasa tu malestar, recuerda que también soy -o puedo ser- tu amigo, tu hijo, tu padre o alguien que está entre tus queridos como parte de un paisaje que es, pero que debe ser distinto.

No lo vayas a olvidar.

(Dedicado por Vigiladores Argentinos, a todos los compañeros, que en el Ágora de una "tarde" cualquiera, los vino a buscar la sombra, sin dejarlos ver la justicia).