Carta al Presidente Alberto

                                                                                               


                                                                                                  Buenos Aires, 12 de julio de 2020



Al Señor Presidente de la Nación
Dr Alberto Fernández; SALUDOS…



FELICITACIONES por el gran trabajo realizado por su administración ante este azote mundial al género humano, y por el cuidado amoroso por usted demostrado. Qué el indomable espíritu de Juana Azurduy y Martín Miguel de Güemes lo acompañen.
Le escribimos desde la primerísima primera línea de combate al virus nosotros: LA SEGURIDAD PRIVADA; catastrófica olvidada.

Olvidada porque, en esta lucha, siempre se menciona al personal de salud, que tiene un horario y un lugar de trabajo específicos, y cuenta con medidas y elementos de protección que para nosotros son un lujo. O la policía, que cuenta con los medios y los recursos del estado... Nosotros, en cambio, no tenemos ni PARITARIAS.

Nosotros, que cuando el personal de salud se ha ido a descansar, seguimos trabajando porque hay que sostener el sistema en el que ellos cumplen sus tareas, hemos tenido que comprar nuestros elementos de protección a precio de usura, porque ninguna de las 1.500 empresas de seguridad, con habilitación legal, los ha provisto para su personal.
Nosotros, que somos los primeros en recibir a un paciente en cualquier clínica, y los últimos en despedirlo, cualquiera sea su destino final, hemos recibido como pago la pobreza absoluta, 4 muertes y por lo menos 2.000 contagiados de COVID-19.
Toda la seguridad privada, arriesga su vida por salarios inferiores a la línea de pobreza.

No nos quejamos de nuestro puesto en la batalla en cada supermercado, en cada farmacia, en cada country, en cada consorcio de vecinos díscolos (y muchas veces maltratadores). Pero pedimos su atención para este sector de trabajadores, para el cual la Asamblea del año XIII no parece llegar nunca.

Las empresas de la seguridad privada son las terrazas de la democracia desde la cual la última dictadura opera como en sus días más canallas. Cada empresa de seguridad privada es el Alcázar de Toledo de algún represor devenido en explotador (muchas veces con contrato de licitación pública).

Somos 200.000 trabajadores en blanco y otros 200.000 en negro. Con la Personería Gremial secuestrada y desaparecida por la cámara empresarial (CAESI) y sus cómplices de la burocracia sindical, es que lo convocamos a usted antes de que este frente, esencial para el país, ceda por la necesidad.

Estamos listos y preparados para continuar esta guerra, pero no bajo estas condiciones. Intervenga usted ahora, Señor Presidente, por el bien de la patria y su futuro. Juntos vamos a salir victoriosos, como en cada prueba a la que nuestra patria ha sido llamada. El destino de nuestra nación es grande, como las mujeres y los hombres que la forjaron y la continuaron. Que los enemigos internos de la patria, siempre salvajes y miserables, no nos quiten la razón de nuestras vidas: LA REPÚBLICA ARGENTINA.

Dios o La Naturaleza lo bendigan y lo cuiden. Hasta la victoria siempre... Hasta la comunidad organizada del General.



                                                    La Mazorka y Vigiladores Argentinos